domingo, 24 de julio de 2011

RETABLOS (I)

El retablo de la Virgen en la capilla de la Buena Mañana (iglesia de San Gil  en Burgos).

En la iglesia de San Gil Abad, en Burgos, hay una capilla fundada hacia el año 1480 (construida entre 1480 y 1485) por los mercaderes García de Mazuelo y Alonso de Lerma denominada de la Buena Mañana (por “la obligación que tenían sus capellanes de celebrar Misa a la hora del amanecer, en determinados días”, Bertolaza y Esparta 1914).
Está presidida por un retablo policromado, cobijado por un arco conopial con decoración vegetal en su trasdós, y enmarcado y protegido por un doble arco de piedra abierto en el muro. Toda la rosca interior del primer arco rebajado, y su prolongación para enmarcar el retablo, aparece decorada con motivos vegetales entre los que se mezclan animales según los sistemas decorativos empleados por Gil de Siloe y “los Colonia”.



Dedicado a la Virgen, los historiadores de arte no se ponen de acuerdo sobre su autor; para Mª Jesús Gómez Bárcena, la que más profundamente ha estudiado el retablo, “pudo ser uno de los mejores colaboradores o ayudantes pertenecientes a su taller … un hábil y notable escultor que sin duda alguna conoció y se formó en el estilo peculiar del gran Maestro Gil de Siloe”. Mide el retablo 3,40 m de ancho y su predela es de 1,20 m de alto.

Consta el retablo de banco y tres calles,-la central más ancha-, separadas por contrafuertes donde existen unas ménsulas que sirvieron para soportar seis pequeñas esculturas hoy desaparecidas. El retablo, dividido en dos cuerpos, está rodeado por una estrecha franja donde se alojan diez imágenes exentas. La tipología del retablo le relaciona con algunos modelos alemanes de la época (como los de Suabia). [según L. Rèau, “La sculpture allemande au XVº et au XVI siècle” en “Histoire de l’Art” de A. Michel, Suabia era el pais por excelencia de los grandes retablos esculpidos en madera y que, a los temas violentos y dramáticos, prefiere los más tranquilos y las figuras de la Virgen y de los santos].

La iconografía está centrada en la representación de la Virgen y de los Santos; en la calle central, en sus dos cuerpos, la Virgen con el Niño, en el inferior, y la Asunción en el cuerpo superior. En las calles laterales, San Pedro y San Pablo en los nichos inferiores y San Miguel y otro arcángel (¿San Gabriel?) en los superiores. En la estrecha franja que rodea el conjunto los otros diez Apóstoles.


En la predela la representación de los cuatro Evangelistas y dos nichos vacíos que un día alojaron dos imágenes hoy desaparecidas.

La Virgen con el Niño presenta los rasgos físicos habituales en las imágenes de la Escuela burgalesa del siglo XV: rostro alargado, amplia frente, ojos ligeramente rasgados, nariz perfilada, boca pequeña, el cabello sobre sus hombros largo y ondulado y expresión triste y pensativa. Llevaba corona colocada por dos ángeles de amplios mantos con abundantes pliegues al estilo flamenco.
“Viste la Virgen a la moda de la época un traje bastante ceñido hasta la cintura, con amplio escote, cuadrado y adornado, por el que asoma la camisa y se deja ver su esbelto cuello. Se cubre con un manto … [con] borde decorado…[que] cae hasta el suelo en abundantes y quebrados pliegues …
… [Del] Niño destaca la cabeza con pelo corto muy rizado, grande, algo desproporcionado y el rostro, poco agraciado, típico tratamiento de la Escuela burgalesa del Maestro Gil,… (“Ni su cabeza ni sus formas pueden calificarse de afortunadas”, E. Serrano Fatigati 1901)


En las calles laterales destacan San Pedro y San Pablo. San Pedro, cabellos cortos y rizados, barba redondeada, sostiene en una mano un libro abierto y en la otra tendría las llaves que ahora faltan. San Pablo, con el tipo físico característico, más calvo y barbudo que San Pedro sujeta con la mano derecha un libro cerrado y con la izquierda tendría la espada de la que ahora carece.
Era la representación de los apóstoles uno de los temas habituales en la iconografía gótica, y según el emplazamiento que ocupaban o su tamaño se subrayaba la importacia que se concedía a algunos de ellos. Los diez apóstoles restantes, de dimensiones inferiores, ocupan la franja exterior del retablo en posturas a veces absurdas; todos sostienen con la mano izquierda un libro. Santo Tomás, sobre su nariz, conserva restos de lo que fueron sus lentes.



En los nichos superiores de las calles laterales San Miguel, pisoteando al dragón, y San Gabriel (ó quizás un santo sin identificar), si damos una interpretación de caracter funerario a la presencia de los dos arcángeles. “Cristo dió la orden a Miguel de llevarse el alma de la Virgen; Gabriel hizo rodar la losa que cubría el sepulcro y María salió del sepulcro.Los ángeles, entonces, llevaron a María al paraiso”.


Carecemos de documentación que nos indique el nombre del maestro a quien se le encargó la realización del retablo de Nuestra Señora en la capilla de la Buena Mañana. Había en aquellos momentos en Burgos una gran actividad en los artistas locales influenciados por las obras flamencas importadas, por Gil de Siloe o por los artistas extranjeros venidos a trabajar allí, por lo que es dificil individualizar el trabajo de un maestro.


Según Proske, este retablo es una obra hispano-flamenca realizada en Burgos. Al desconocer su nombre se le conoce, a veces, como el "Maestro del retablo de la Buena Mañana"; quizás contó con la ayuda de algún colaborador. Que el autor estuvo relacionado con la obra de Gil de Siloe se deduce de las coincidencias estilísticas: el rostro de la Virgen con el Niño presenta unos rasgos parecidos, -el tratamiento del óvalo, cejas,ojos,nariz,boca, cuello, y disposición del ondulado cabello que cae sobre los hombros-,a los de santa Bárbara y Santa Catalina del retablo de Miraflores.



Los ápostoles de pequeño tamaño es donde se encuentran más diferencias si bien algunos de ellos presentan una tipología del rostro bastante similar, como por ejemplo entre Santo Tomás y dos Apóstoles difíciles de individualizar al haber perdido sus atributos de identificación.

“Respecto al procedimiento seguido  … para realizar este género de objetos [los retablos]”, dice Serrano Fatigati, “había hábiles tallistas, coexistiendo con ellos excelentes escultores, … Trazado el plan del altar y señalados los elementos decorativos acometía la labor general uno [el Maestro]…, mientras las imágenes se hacían por separado y de ordinario en distintos talleres….; este doble hecho que se observa siempre en todas las obras analizadas; la armonía entre los más variados elementos decorativos que contribuyen a la ornamentación total; la discordancia en la factura, en el tipo y hasta en los detalles de indumentaria entre las diversas figuras”.

Parece claro que el autor estuvo relacionado con la obra de Gil de Siloe, estando el retablo por calidad, en opinión de Mª. J. Gómez Bárcena, muy por encima de las esculturas secundarias de las obras de Gil.

Existe en el Museo de escultura Colegio de San Gregorio de Valladolid una escultura exenta de un Ápostol, adquirida entre 1961 y 1962, que ha sido catalogada por el conservador del museo, J.I. Hernandez Redondo, como del "Maestro del Retablo de la Capilla de la Buena Mañana". 
Así mismo, el Museo Marés de Barcelona conserva una escultura exenta “de procedencia desconocida” que según M.J. Gómez Bárcena fue realizada por el mismo Maestro  en base a su parecido con el San Pedro de este retablo. ¿Serían parte de su contribución en alguno de los desaparecidos retablos de Gil de Siloe?.



BIBLIOGRAFÍA.
-Mª Jesús Gómez Bárcena, “El retablo de Nuestra Señora de la iglesia de San Gil de Burgos”, en “Boletin del Museo e Instituto Camón Aznar”, Vol. XXIII, Zaragoza 1986.

-C.J. Ara Gil, “Los retablos de talla góticos en el territorio burgalés”, en “El arte gótico en el territorio burgalés”, Burgos 2006.
-G. Bertolaza y Esparta, “La parroquia de San Gil de Burgos”, Burgos 1914.
-M. Martínez Burgos, “En torno a la catedral de Burgos. Colonias y Siloes”, Bol. Inst. Fernán Gonzalez, Burgos 1955.
-B.G. Proske, “Castilian Sculpture. Gothic to Renaissance”, New York, 1951.
-E. Serrano Fatigati, “Retablos españoles ojivales y de la transición al Renacimiento”, B.S.E.E., 1901-1902.

-M.J. Gómez Bárcena, “Una escultura perteneciente al maestro del retablo de Nuestra Señora en la capilla de la Buena Mañana de la iglesia de San Gil, de Burgos”, B.S.E.A.A., Valladolid 1986
-J.I. Hernández Redondo, Ficha catalogación nº. CE0010 correspondiente a un Santo Apóstol del Maestro del Retablo de la Capilla de la Buena Mañana, Catálogo Museo San Gregorio, Valladolid 2010.

NOTA.:
Junto a la iglesia se levanta el llamado Arco de San Gil, que desempeñaba funciones de torre defensiva y de prisión. Uno de los torreones, hoy desaparecido, estaba adosado a la iglesia y en él eran acogidas «las emparedadas», mujeres que por motivos de fe y piedad tomaban la decisión de apartarse del mundo, y llevar una vida de penitencia y oración. El torreón se comunicaban con la iglesia por una escalera de caracol situada en forma de cubo en la capilla del Santísimo Cristo. “Las emparedadas”, en la amanecida, oían Misa en la capilla de la Buena Mañana.
(sept. 2011)

miércoles, 20 de julio de 2011

MAESTROS (I).


Gil de Siloe.

De Gil de Siloe, quizás el más grande escultor castellano del siglo XV, se desconoce casi todo : su lugar de origen, su fecha de aparición en Burgos, su formación, su fallecimiento, los oficiales de su taller,…


Sus obras conservadas hoy en día, y más o menos documentadas, se reducen a dos retablos, tres sepulcros y alguna imagen desperdigada:
-el retablo del Árbol de Jessé en la capilla de la Concepción (Catedral de Burgos).
-el retablo mayor de la Cartuja de Miraflores (Burgos)
-el sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal (Miraflores).
-el sepulcro del Infante don Alfonso (Miraflores).
-el sepulcro de don Juan de Padilla en Fresdelval(Burgos).

Como obras desaparecidas y documentadas, o como obras inciertas, se citan bastantes bastantes más.


1. Retablo de la capilla del Colegio de San Gregorio (Valladolid).

Fray Alonso de Burgos encargó a Gil de Siloe y Diego de la Cruz el primer retablo que tuvo su capilla; hoy no existe pero se conocen algunos de sus aspectos a partir de descripciones anteriores a la invasión francesa.

¿Qué sucedió con el retablo? El Padre Fray Domingo Díaz en su Relación topográfica antigua y moderna del insigne Colegio de San Gregorio, escrita en 1828, afirma que “todo ha perecido, menos la imagen de Cristo crucificado, que se conservó en la iglesia parroquial de San Juan de esta ciudad”, al tiempo que confiesa que “de lo demás del retablo no se ha sabido el destino o paradero y se cree que se lo comió el pulgón [Con este término se refería el Padre Díaz a la “caterva de paisanos, españoles espúreos, ministros de policía, maestros de obras, artesanos, cuarteleros y otros tales”], quemándolo algunos afrancesados para sacar el mucho y buen oro que tenía”.


En el Museo Diocesano de Valladolid se conserva una imagen de la Virgen en Adoración que aún presenta señales de su antigua policromía. C.J. Ara Gil, en la pág. 396 de su mágnifico libro “Escultura Gótica en Valladolid y su provincia”, escribe: “Posiblemente tendría delante de ella en el suelo una representación del Niño Jesús recien nacido... Las caracteristicas de esta obra se relacionan con las de algunas esculturas femeninas de Gil de Siloe y creo que puede considerarse bastante claramente de su taller si no de su propia mano”.
 

En el curioso torno del retablo mayor de la Cartuja de Miraflores en la fiesta de la Epifanía puede verse una escena de la Natividad cuyo parecido es bastante acusado.



Trás la imagen del Cristo crucificado estuvieron durante algún tiempo diversos investigadores; quizás el más osado o con más acierto, que no sé, fue el profesor Jesús Urrea que en el año 2001 en un artículo titulado “El Crucifijo del retablo de la capilla de San Gregorio de Valladolid reencontrado” señalaba un Crucifijo de la iglesia del pueblecito de Ciguñuela, procedente del Humilladero, como el antiguo titular de la capilla de San Gregorio.
Opinión posible aunque no compartida por todos los versados en estas cosas;algunos miran de reojo a una Piedad de procedencia no muy clara, hoy en el Museo Diocesano de Valladolid, y que éste la atribuye a Simón de Colonia (CJ Ara Gil la señalaba en su libro de 1977 como perteneciente a “una serie de obras que se relacionan… con el estilo de Gil de Siloe”).
 

José Ignacio Hernández Redondo,-conservador del museo nacional Colegio de San Gregorio- cree que el relieve de la Ascensión, en madera de nogal policromada, que se guarda en la iglesia de Santa María de Herrera de Duero perteneció al retablo que encargó fray Alonso de Burgos. Es un relieve, de 1,19x1,05 m., “caracterizado por la disposición en lo alto del borde inferior de la túnica y los pies de Jesús en el momento de desaparecer entre las nubes”. Con las imágenes arrodilladas de San Juan, la Virgen y San Pedro en primer término, ocupan el resto del relieve las cabezas de los apóstoles (en la parte derecha se acusa la falta de una de las cabezas); el grupo se sitúa a ambos lados de la roca del monte de los Olivos donde quedan impresas las huellas de Cristo.

La comparación con el relieve de la Ascensión, situado en el tambor giratorio del retablo de la Cartuja de Miraflores, nos alerta que probablemente nos encontramos ante dos obras realizadas en el taller de Gil de Siloe; sus diferencias no son mayores que las que se reconocen para muchas de las tallas de ese retablo ó de las que componen el del Árbol de Jesé en la Catedral de Burgos.
Tambien en la iglesia de Herrera se conserva “una mutilada escultura en bulto redondo de un angel (0,46), al que por su ademán se puede identificar con San Miguel,… La analítica realizada ha venido a confirmar su pertenencia al mismo retablo que el relieve” (Juan Ignacio Hernandez Redondo dixit).    

¿Y con que datos se cuenta para seguir buscando?. La descripción más minuciosa es la de Isidoro Bosarte, que en su “Viage artístico á varios pueblos de España … Viage á Segovia, Valladolid y Burgos” publicado en 1804 se expresa en los siguientes términos: “El retablo principal de la capilla es en sus ornatos la quinta esencia de las sutilezas del goticismo, comparable solo al sepulcro del rey Don Juan el II, que está en la cartuja de Burgos,... Por asunto principal del retablo se ve una Piedad ó Señor difunto con el acompañamiento acostumbrado, y son en todas ocho figuras del tamaño natural, encima un calvario, y por remate cinco escudos de armas. En el retablo hay además veinte y una medallas de relieve con la vida y pasión del Señor, y muchas estatuas pequeñas. Hay apariencia de que el retrato primitivo de Don Fr. Alonso de Búrgos sea el que se figura rezando arrodillado, en una de las quatro caxas ó nichos del primer cuerpo de este retablo, acompañado de otras cuatro figuras, de las quales dos parecen también retratos. Conviene mirar este retablo para ver quanto puede hacerse de prolixo quando falta el fundamento del diseño; arte severa, que ni admite trampa ni facilidades, y que decide sobremanera del gusto de las edades y aun de las naciones”.

O en más breves palabras: el tema principal era el llanto sobre Cristo Muerto formado por ocho figuras; sobre él, un Calvario y por remate cinco escudos de armas. Se complementaba con veintiuna escenas de la vida de Cristo y María, y además había numerosas esculturas de pequeño tamaño. El retablo, según decía Lalaing en 1501, mediría 8,40 m de alto por 5,04 m de ancho ("treinta pies de alto y dieciocho de ancho, todo de madera, tallada y dorada ricamente" según sus palabras).
De la realización del retablo por Gil de Siloe se sabe por un párrafo del Libro Becerro de San Gregorio:
Haviendo tomado posesión de la sobredha Capilla el Procurador de su Illma. la rehedificó con la magnifizencia que al presente se ve, y para su adorno mandó hacer el retablo que oy dia tiene y para su ejecución se conzerto su Illmª con los Maestros Diego de la Cruz y el Maestre Guilles escultores vecinos de la ciudad de Burgos, para que hiciesen dho retablo en la misma forma que el retablo que havian hecho en la Iglesia Cathedral de la ciudad de Burgos … con 22 Historias y las efigies de los santos fuesen de madera de nogal y otras condiciones que se espresan en la escriptura de concierto firmada de mano del señor obispo y de dhos Maestros” (transcripción de Martí y Monsó), y la ulterior identificación, por parte de A.L. Mayer, del maestre Guilles con la figura de Gil de Siloe.
(cont.)

 BIBLIOGRAFÍA.
-Agapito Revilla, J., “Para la historia del Colegio de San Gregorio de Valladolid“, en “Castilla artística e histórica.Boletin de la Sociedad castellana de Excursiones”, Valladolid 1919, pp. 86-96, 108-124, 172-184
-Ara Gil, C.J., “Escultura gótica en Valladolid y su provincia”, Diputación Provincial Valladolid 1977.
-Ara Gil, C.J.,“Escultura en Castilla y León en la época de Gil de Siloe”, en “Actas del Congreso Internacional sobre Gil de Siloe y la Escultura de su época”, Burgos 2001.
-Bosarte, I., “Viage artístico á varios pueblos de España … Viage á Segovia, Valladolid y Burgos”, Madrid 1804 (citado por edic. facsimil Ed. Maxtor 2006).
-Hernandez Redondo, J.I., “Del olvido a la memoria IV”, catálogo de la exposición “Patrimonio provincial restaurado 2001-2002”, Valladolid 2002, ficha correspondiente a “La Ascensión”.
-Hoyos,Manuel Mª, “Historia del Colegio de San Gregorio de Valladolid“, t.I, p. 87, Valladolid 1928-40, 3 vol..
-Martí y Monsó, J., “Estudios histórico-artísticos relativos principalmente a Valladolid”, Valladolid 1898-1901, p.47, Edic facsimil.
-Urrea, J., “El Crucifijo del retablo de la capilla de San Gregorio de Valladolid reencontrado”, en “Actas delCongreso Internacional sobre Gil de Siloe y la Escultura de su época”, Burgos 2001.
NOTA:
En el tomo 162 de "The Illustratted Bartsch" figura el siguiente grabado, nº. 581, de autor anónimo conservado en la ciudad de Erlangen (UB), en el que pudo inspirarse Gil de Siloe para la realización del relieve de La Ascensión.
(rev. nov. 2011)

-En Münster, en el LWL_Museum, se conserva una escultura en madera de nogal de 80 cm de altura que, en mi opinión, perteneció a un retablo de Gil de Siloe (y que veo bastante factible formase parte del retablo que realizó para la capilla del Colegio de San Gregorio). Representa a la Virgen, ligeramente inclinada, junto a un reclinatorio; es presumible la escena reprodujese la Anunciación al estilo de los primitivos pintores flamencos.

La escultura fue comprada por Paul Pieper a mediados de los años sesenta del pasado siglo en un famoso anticuario de Londres en no muy buen estado de conservación. Ahora la vemos restaurada por Hans Lambrecht  en el Landesmuseum; cuando su adquisición en Londres la pieza estaba recubierta por una capa de grasa, manchas y una capa sólida oscura de barniz. La policromía se ha recuperado en gran medida en la restauración. Pieper  enclavó la pieza como realizada en torno a 1480-90 y perteneciente al arte flamenco; Robert Didier, del Institut Royal du Patrimonio Artistique de Bruselas, escribió al anterior una carta en la que le señalaba “Les premières recherches que j’ai faites ne m’ont pas permis, malheureusement, de repérer des oeuvres pouvant être rapprochées directement de cette Vierge d’Annonciation provenant vraisemblablement d’un retable”. Personalmente creo que fue realizada por el mismo taller que ejecutó la escena de la Natividad del tondo del retablo de la Cartuja de Miraflores (Burgos), es decir, el taller de Gil de Siloe.
Son bastante característicos los adornos de capa y traje; así, en la pieza de Münster los bordes del cuello del traje o de la capa se adorna con pequeñas piedras similares a las empleadas por Gil de Siloe.
 
Wolfgang Gülcker, en su blog, publica dos magníficas imágenes de la escultura al presentar una serie de fotografías del Münster, Westfälisches Landesmuseum; fue el lugar donde  vi la escultura por primera vez
BIBLIOGRAFIA.
-Petra Marx, “Das Kunstwerk des Monats”, LWL-Museum ,Münster 2014.
-Paul Pieper, “Maria der Verkündigung” en t.II “Beiträge Zur Kunstgeschichte Westfalens”, Münster 2000.

(añadida nota 30-09-2016)

martes, 19 de julio de 2011

SILLERÍAS DE CORO (I)

Sillería del Convento de San Benito (Valladolid). (I)
(PRIMERA PARTE)

1.ROLEOS.

La "sillería de San Benito", como se la denomina habitualmente, -por antonomasia la de Padres-, se conserva hoy en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Obra de inicios del Renacimiento español, profusamente ornamentada, con ingeniosos róleos en los extremos o en las entradas de la sillería donde se entremezclan plantas, animales fantásticos y niños.




¿Quien fue el autor de esta sillería?. Como empresa colectiva no es fácil precisar las diferentes manos que intervinieron en su realización; según Ceán Bermúdez  "... Hemos averiguado despues por documentos fidedignos que Naxera executo y trazó la sillería del coro bajo del citado real monasterio  [de San Benito de Valladolid] el año de 1528...".


Andrés de Nájera o de San Juan fue el maestro de obra de la sillería, el autor de la traza, el director de la obra. Y aunque no documentado quien fue su autor, es tan parecida la decoración de la sillería a la de la catedral de Santo Domingo de la Calzada que la adjudicación de la autoría resulta inegable.


En la talla si bien se aprecia un estilo general, -el de Guillén de Holanda-, se aprecian otras manos; en la silla burgalesa, por ejemplo, parece claro el estilo de Diego de Siloe; Wattenberg señala tambien la intervención en otros estalos de Vasco de la Zarza y Juan de Valmaseda.


Lo de la fecha de ejecución admite algunas precisiones. En 1522 unos cuantos abades (no todos los de la Congregación, sino siete en concreto) se comprometieron a hacer en su día una silla cada uno para el coro; la sillería no se comenzó hasta el año 1525 ("Item, todos los Prelados y Procuradores de la Congregación determinaron de pagar cada uno por su monasterio una silla alta y baja para el choro de San Benito, y en cada silla se pongan insignias de su monasterio, y nuestro Reverendo Padre tome cargo de las mandar luego hacer", Primer libro de Actas de los Capítulos generales, f.60v, Ar. Vall.). La fecha de la conclusión se extrapola de dos inscripciones que se encuentran en dos lugares diferentes de la sillería (una en los estalos bajos, y otra en el relieve de San Juan de Burgos), en ambas pone -1528-.


La sillería está formada por sesenta y seis sitiales: veintiseis en la sillería baja y cuarenta en la alta.


Cada silla está compuesta de tres tableros: el inferior, con incrustaciones de madera blanca; el que le sigue a la altura de la cabeza, con magníficos adornos;el superior con figuras en alto relieve (en las sillas bajas con pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento; en los respaldares altos imágenes de santos fundadores o de señores protectores de la Orden de San Benito). Brazales, misericordias, columnas de separación entre tableros, todo está profusamente decorado.
                                                                                                                            (cont.)

BIBLIOGRAFÍA.
 
-Bosarte, I., “Viaje artistico a varios pueblos de España”, Madrid 1804 (1978).
- Martí y Monsó, J., “Estudios histórico artísticos relativos principalmente a Valladolid”, Valladolid, 1992 (or. 1898-1901).
-Quintero Atauri, P., “Sillas de coro”, Madrid 1928.
-Orduña Viguera,E., “La talla ornamental en madera”, Madrid 1930 (facsimil 2003).
-Rodriguez Martinez, L., “Historia del Monasterio de San Benito el Real de Valladolid”, Caja de Ahorros Popular y Ateneo de Valladolid, Valladolid 1981.
-Zaragoza Pascual, E., “La sillería de San Benito el Real de Valladolid”, Nova et Vetera, 19, 1985, pp.151-180.
-“Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Colección/Collection”. Septiembre, 2009.