sábado, 13 de julio de 2013

SILLERÍAS DE CORO (VIII)

 La Sillería Baja del coro de la Catedral de Toledo.
"Pomos" (II).
(SÉPTIMA PARTE)
  
En el medievo los acróbatas se clasificaban entre los juglares. Edmond Faral escribía en 1910 que los juglares eran "todos aquellos que hacían de la poesía o la música su oficio", los saltimbanquis, los acróbatas y los que daban voltinetas. Thomas Cabham, obispo de Salibury muerto en 1313, en su "Penitencial" condenaba en el nombre de la moral a todos los juglares y en particular a los contorsionistas por cuanto "transformant corpora sua per turpes saltus et per turpes gestus, vel denudando se turpiter, vel induendo horribiles larvas, et omnes tales damnabiles sunt, nisi reliquierint oficia sua". La juglaría fue considerada por la iglesia como una actividad perniciosa que incitaba al pecado, en especial a la lujuria, y por tanto a la condena eterna.
Según la época las representaciones de los acróbatas ha ocupado lugares diferentes; durante el románico  hispano fueron bastante abundantes y se exhibían sobre todo en canecillos y capiteles, de gran tamaño o casi miniaturas. Su pirueta consistía en realizar la deformación completa del tronco hasta tocar los pies con las manos; algunas veces se coloreaba con matices obscenos. Un ejemplo no muy conocido es la representación que figura en la iglesia de Santa María en el pueblecito leridano de Covet; se muestra en la arquivolta exterior, la más lejana a Dios, próximo a una serie de imágenes estimadas como pecaminosas: junto a las figuras de Adán y Eva tras el pecado, y al lado de músicos, y del diablo.
En el siglo XIII los acróbatas parecen abandonar canecillos, capiteles o arquivoltas y se refugian en las "marginalias" de los manuscritos en especial salterios y libros de Horas; quizás una buena colección de ellos es la que aparece, junto a una serie de criaturas fantásticas, en el Rutland Psalter -Additional MS 62925 de la British Library-, realizado en 1260. Aunque ya muy posterior puede ser representativo un fragmento de un grabado -Niños de la Luna-, del Maestro del Hausbuch, activo en la zona central del Rin entre 1470 y 1500, de quien Rodrigo Alemán disponía de algunas estampas y las usó como modelos en otras partes de la sillería.        
En los siglos XV y XVI son en las sillas de coro donde aparentan haberse refugiado, tanto en las misericordias como en los pomos y apoyamanos; una época -en especial la de finales del siglo XV-, particularmente agitada, llena de contrastes, un tiempo de profunda crisis, de cambios, en un mundo que se acaba y otro que nace con la incertidumbre de los espíritus y la puesta en cuestión de los valores.  En uno de los pomos de la sillería baja de la catedral de Toledo "dos figuras en ambigua posición han sido relacionadas por los estudiosos de la sillerías con el pecado abominable" escribe el doctor Fernando López-Ríos; y más adelante continua: "La propuesta nuestra es que se trata de dos saltimbanquis, contorsionistas que entremezclan sus cuerpos. A precisar nuestro sentir nos ayuda el que estén vestidos"
Si me parece, por el contrario, una crítica del pecado de lujuria el pomo en el que se hace alusión a la sodomía, o mejor a la zoofilia o bestialismo, mediante la representación de un hombre desnudo sobre un mono. Estas representaciones conocidas como profanas y con temas de carácter escabroso tenían una voluntad didáctica de condena y moralizadora; y quizás sirviesen para recordar en una sociedad predominantemente rural lo que se decía en el Levítico [18: 23-24] "No te ayuntarás con bestia, manchándote con ella. ... No os manchéis con ninguna de estas cosas, pues con ellas se han manchado, los pueblos que yo voy a arrojar de delante de vosotros". Que los clérigos conocían lo que se tallaba en la ornamentación de los estalos puede ser un ejemplo la silla  que hizo Rodrigo Alemán para la catedral de Plasencia -actualmente se conserva en el museo nacional de escultura Colegio de San Gregorio-, que fue motivo de discusión entre expertos acerca de si fue realizada como "silla del penitenciario" (Isabel Mateo) o si "formó parte de la silla episcopal y luego se destinó a uso del penitenciario" (Manuel Arias); el caso es que en el apoyamanos del lado izquierdo de la silla se representa a un juglar tocando una gaita y mostrando sin pudor alguno su sexo, en el derecho un personaje con hábito de franciscano y rostro monstruoso, y en la misericordia a la cortesana Philis cabalgando sobre Aristóteles. Fuese la silla para el "penitenciario" (una de cuyas funciones principales era la de oír y absolver en confesión pecados reservados al obispo, así como poder tramitar dispensas matrimoniales) fuese para el "obispo" no parece, en la mentalidad actual seguidora de la del siglo XIX, la decoración más adecuada.
Isabel Mateo recuerda el rigor de las leyes de la Edad Media en lo que se refiere al homosexualismo y al bestialismo. En "Las Partidas" [7ªPartida, ley 2ª, tít. 21] se proclama que "Cada uno del pueblo puede acusar a los omes que fiziessen pecado contra natura, e este acusamiento puede ser fecho delante del judgador do fiziessen yerro. E si le fuere provado, deve morir porende, también el que lo faze, como el que lo consiente ... Essa misma pena deve aver todo ome, o toda mujer que yoguiere con bestia; e deven demás matar la bestia para la remembranza del fecho".
De los tres grupos en que he dividido las tallas de los pomos, de animales, de seres fantásticos y antropomorfas, tan sólo nos faltan presentar parte de estas últimas, y como no son muchas voy a marginar los aspectos iconográficos para hablar un poco de los hombres que hicieron la sillería.
La primera noticia documentada que se tiene de Rodrigo Alemán -se trata de uno de tantos artistas nórdicos que vinieron a España durante el siglo XV-, data de 1489 año en el que el cabildo de la catedral de Toledo le encarga la ejecución de la sillería baja del coro. Ayudado por cuatro o cinco entalladores en 1494 habían realizado 38 sillas. Debido a la enfermedad del cardenal Mendoza, promotor de la obra, y a algunos cambios se paralizó el proyecto durante algunos meses. La obra se terminaría en la primavera de 1496 -don Petrus Mendossa como escribiría Jerónimo Münzer había fallecido el 11 de enero de 1495-, con un coste de 604.851 maravedís las 50 sillas. Fue probablemente el fallecimiento del cardenal la razón por la que no se renovó la sillería alta del coro hasta casi cincuenta años más tarde años por Felipe Bigarny y Alonso Berruguete.
Se desconoce el origen y formación de Rodrigo Alemán, Maestre Rodrigo o Maestre Rodrigo entallador, nombres con los que habitualmente se le conoce. Para Mayer y Hector Luis Arena -en base a razones estilísticas-, provenía de la comarca del Bajo Rhin; tras la publicación de los documentos sobre el pleito que tuvo su hijo Rodrigo Enrique en el tribunal de la Inquisición de Cuenca y en el que se declaró ser hijo de "flamenco e hidalgo" algunos pasaron a pensar que su nacionalidad era esta. Dorothee Heim también por razones estilísticas -en particular valora grandemente la semejanza de algunos motivos de la "pequeña sillería" de la iglesia de Sta Catalina de Hoogstraten con los de Toledo-,  se inclina porque su origen estuviese en el Brabante meridional y en particular la región de Kempen cercana a Amberes o que al menos ese fuera su origen artístico.
 
Terminada la sillería de la catedral inició un largo período de incertidumbre profesional que le llevó a buscar obras fuera de Toledo (aquí hizo unas pocas cosas como ocho pares de alas destinadas a los ángeles de la procesión del Corpus Christi, una cruz procesional de madera cubierta de plata o reparaciones en la vieja fila de asientos altos del coro). En 1497 se comprometió con el cabildo de la catedral de Plasencia para realizar el facistol del coro y las dos sillas reales que rematan la sillería alta. Un año después, 1498, firma con el cabildo catedralicio de Ciudad Rodrigo un contrato para realizar dos sillas del coro como muestra para el resto del conjunto, "... y se obligan que el dicho Maestro Rodrigo hará todas las otras syllas que son menester en el dicho coro ... " ["Libro de Cuéntas de Fábrica 1493-1504", A.C.C.R.], y en 1499 firma otro para hacer el resto de la sillería.
 
En octubre de ese año de 1499 escritura junto a Peti Juan con el cabildo toledano la realización de la bancada del retablo mayor -aunque al parecer terminaron por subcontratar relieves y esculturas a Copin de Holanda y Sebastián de Almonacid-, y en 1501 abandona los proyectos para el nuevo retablo mayor y ajusta con la Fábrica de la Catedral el desaparecido retablo de San Ildefonso. Durante estos años maese Rodrigo trató de compatibilizar el trabajo en las tres ciudades, actuando muchas veces como empresario que subcontrataba con otros escultores, sin demasiado éxito comercial aunque sí artístico. A finales de 1504 se le cita en Toledo realizando una tasación de unas piezas para el retablo mayor. En el puente de la Isla de Plasencia, aparece junto a su nombre la fecha de 1512, probablemente fue su última obra pues se supone murió poco después en Plasencia. El texto dice: "Esta noble ciudad de Plasencia mandó haser esta puente de la ysla reynando el Rey don Hernando e la Reyna Doña Ysabel nros. señores y comensose en el año del Señor de Mill e quinientos e acabose en el de quinientos e dose e fue maestre della maestre Rodrigo aleman". No obstante Dorothee Hein piensa que el puente se terminó en 1507.
De Rodrigo Alemán -como de algunos otros artistas de la época-, existen muchas leyendas bastantes de las cuales fueron propagadas por escritores religiosos en el decir de Dorothy y Henry Kraus; elijo una tomada de un texto de 1910 aunque su versión original es de 1890. Dice así Vicente Paredes al hablar de la sillería de coro de la catedral de Plasencia: "La tradición y algunos autores serios cuentan que orgulloso de su obra, dijo que Dios no podría hacer otra tal por cuya blasfemia fue encerrado en una de las torres de la Iglesia, y no alimentándose más que de aves con sus plumas se vistió como ellas y como ellas voló; pero con tal desgracia, que cual otro Icaro, en su caida encontró la muerte: Otros aseguran fue la causa del vuelo y la prisión la persecución de sus acreedores".
Rodrigo Alemán posiblemente llegó a Toledo acompañado por un hermano. Un documento de pago de abril de 1501 dice así: "en primero día de abril del dicho Año pago el dicho Reçebtor... y a su hermano de maestre rrodrigo çien mrs de dos dias que aserro en la dicha obra..."; aunque al no ser el texto muy claro puede plantearse si la identificación no corresponde a otra persona. El hijo de maestre Rodrigo, Rodrigo Enrique, al parecer no había conocido a su madre; en el pleito con el tribunal de la Inquisición de Cuenca en 1524 expresó que sobre su madre (la esposa de Rodrigo Alemán) "había oído decir que se llamaba Mari López, hija de Juana Zoleta, natural de Villaescusa". El no saber quien era su propia madre puede significar que Rodrigo Alemán se hubiera casado una segunda vez tras la muerte de Mari López; es lo que parece afirmarse en los Libros de Contabilidad de la catedral de Toledo donde se enumeran los ingresos por bienes, como casas o terrenos, y junto al nombre de Mayor Sánchez aparece la anotación de "Muger de maestre Rodrigo"; en los pagos, que llegan hasta por lo menos el año 1514, el que anotaba los libros escribía siempre junto a Mayor Sánchez que era la mujer de maestre Rodrigo. El proceso a Rodrigo Enrique se siguió por haber perseguido con la espada desenvainada a los oficiales del Santo Oficio porque se llevaban a su mujer; el tribunal le condenó, por haber intentado liberar a su mujer, a que le pusiesen sobre un asno para ser azotado por las calles públicas, y le desterraron de Belmonte -de donde era vecino-, durante un año.
 
Si bien la primera vez que aparece Rodrigo Alemán en los libros de contabilidad de la catedral de Toledo en 1489 se refieren a la construcción de la sillería de coro existe una anotación en los libros de Obra y Fábrica -OF 795 fol 182v, publicado por Zarco del Valle en 1916-, de octubre/noviembre del año 1500 en que se dice: "... los señores del cauildo ... mandaron que el dicho señor obrero dé e pague al dicho maestre rodrigo entallador diez e siete mill mrs. por ciertos cargos que la obra era al dicho maestre rodrigo de çiertas obras e muestras que tenia fechas en seruicio de la obra de diez o doze años a esta parte...". Esto significaría que Rodrigo Alemán probablemente habría llegado a Toledo para trabajar en el primer proyecto del Retablo Mayor de la catedral patrocinado por el arzobispo don Pedro González de Mendoza.

BIBLIOGRAFÍA.

-Héctor Luis Arena, "Las sillerías de coro del maestro Rodrigo Alemán", BSAA t.XXXII, Valladolid 1966.
-Michael Camille, "Images dans les marges. Aux limites de l'art médiéval", Paris 1997.
-Edmond Faral, "Les Jongleurs en France au Moyen Age", Paris 1910.
-Dorothee Heim, "Rodrigo Alemán und die Toledaner Skulptur um 1500", Kiel 2006.
-Dorothee Heim, "El entallador Rodrigo Alemán, su origen y su taller", A.E.A. nº 270, Madrid 1995.
-Dorothee Heim, "La sillería del coro de la catedral de Toledo y la recepción de los modelos del Maestro del Hausbuch e Israhel van Meckenem", Valladolid 2005.
-José Ignacio Hernández y Manuel Arias Martínez, "La silla de Rodrigo Alemán en el Museo Nacional de Escultura", Valladolid 1995.
-Dorothy y Henry Kraus, "Las sillerías góticas españolas", Madrid 1984.
-Fernando López-Ríos Fernández, "Arte y medicina en las misericordias de los coros españoles", Salamanca 1991.
-Louis Maeterlinck, "Le genre satirique, fantastique et licencieux dans la sculpture flamande et wallone: les misericords des stalles", Paris 1910
-Isabel Mateo Gómez, "Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro", Madrid 1979.
-Isabel Mateo Gómez, "Sillas de coro góticas fuera de España", Madrid 2003.
-Mª Luz Rokiski Lázaro, "Proceso del Tribunal de la Inquisición de Cuenca contra el entallador Rodrigo Enrique", A.E.A. nº. 205-208, Madrid 1979.
-Mª Dolores Teijeira Pablos, "La sillería coral de Rodrigo Alemán en la catedral de Ciudad Rodrigo", Salamanca 2006.
-Manuel Zarco del Valle, "Datos documentales inéditos para la historia del arte español. II. Documentos de la catedral de Toledo", Toledo 1916. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario