lunes, 31 de marzo de 2014

SILLERÍAS DE CORO (VII)

De la sillería de coro de la Catedral de Ciudad Rodrigo.
"Drôleries", Frisos y Misericordias.
Frisos (II).


Una de las formas que utilizó el arte tardogótico -y en general las miniaturas de los manuscritos medievales-, para criticar la vida poco edificante de los miembros del clero, fue la representación de híbridos compuestos por cabeza y tronco de religioso que se unían a extremidad de animal. Estos seres híbridos no acostumbraban ser  simples decoraciones o motivos para entretenimiento sino que solían implicar motivaciones morales; la relajación de costumbres de muchos de los príncipes de la iglesia dominados por la excesiva ambición de poder, la simonía, el nicolaísmo, la hipocresía, el lujo y la lujuria, llevó a muchos poetas y artistas a quejarse con violencia contra ellos. Así en un pequeño friso de la sillería alta del coro de la Catedral de Ciudad Rodrigo un híbrido aparece caracterizado como obispo o abad mitrado de cintura para arriba -lleva cubierta su cabeza con la mitra y sujeta con la mano izquierda el báculo que ahora ha perdido su voluta superior-, siendo su parte inferior una cola de reptil.
Los híbridos como desviaciones eventuales del orden natural eran, para los hombres de la época, mensajes deliberados de Dios para señalar su descontento con determinadas acciones o situaciones; su origen no era otro que el pecado. Sin duda los canónigos, principales destinatarios de estos motivos -y quizás sus creadores ideológicos-, conocían los textos y significados a los que remitían los seres híbridos; si a veces sirvieron para distraerlos, también muchas otras su función era recordarles las funestas consecuencias de las degradaciones morales que convertían al hombre en bestia.
Casi un siglo antes de la realización de la sillería Pedro López de Ayala había escrito su obra satírica y didáctica, el "Rimado de Palacio", donde pasaba revista a la sociedad de su tiempo  y describía a la jerarquía religiosa con versos como estos p.e.: "Si estos son ministros, sonlo de Satanás/ ca nunca buenas obras tú fazer les verás" o "Non fablo en ximonía, nin en otros muchos males/ que andan por la corte entre los cardenales".
En la parte superior de varios de los folios del Libro "Horae ad usum romanum" impreso por Pigouchet en los que figuran grabados con escenas del Nuevo Testamento, del Antiguo, o con imágenes fantásticas aparece el dibujo que sirvió de modelo al entallador que realizó el friso en el que figura un híbrido de cola escamosa con cabeza y cuerpo humano que representa a un obispo enfrentado a un cuadrúpedo fantástico; el grabado ya aparece en el incunable de 1497 de las  "Horae Beatae Mariae Virginis ad usum Romanum" (latín y francés) que se conserva en la BNE.
Cuando afectaba a humanos la metamorfosis era un proceso muy perturbador para la Iglesia; significaba la amenaza que acecha al hombre de perder su naturaleza humana a cambio de una naturaleza animal. En un pequeño friso de la sillería se muestra a un cuadrúpedo con cabeza humana, con barba y capucha, frente a un hombre que le ofrece algo. Es posible que la representación aluda a la codicia de frailes o clérigos pues como se dice en el "Libro de los Enxemplos" "Los cobdiciosos son varios et vanos, et toman dones, ensucian sus manos".
Sobre el significado que esconden estos monstruos existen dos teorías entre los estudiosos: los que aducen la forma por la forma, o lo que es lo mismo que no tienen sentido alguno, y tan sólo son motivos ornamentales y los que buscan un significado y sostienen que el monstruo es el soporte de un simbolismo moral o religioso mediante el que se trataba de imbuir el miedo al pecado. En varios de los folios - normalmente bajo las imágenes a casi plena página que abren cada gran sección-, de las "Horas usum romanum" impresas por Thielman Kerver para Gille Remacle en la edición de 1503 figura un cuadrúpedo fantástico de dos cabezas que sirvió de modelo a uno de los entalladores de la sillería.
Independientemente de la cuestión económica existían algunas otras ventajas en la utilización de los grabados que aparecían en los Libros de Horas impresos como modelos para las tallas de la sillería; de una parte a los clérigos les resultaba una decoración ya en parte conocida y al entallador le evitaba posibles conflictos en los casos de representaciones controvertidas (caso por ejemplo del híbrido obispo-serpiente). En la sillería de la catedral el animal fantástico ha perdido dos de sus patas y aparece enfrentado a un cuadrúpedo de largo cuello.
La abundancia de animales fantásticos podría deberse a una acción premeditada que combinara una intencionalidad evangelizadora con la representación de temores atávicos. Además, la constante lucha del bien y del mal obligó a los artistas a encontrar el modo de producir horror; la fealdad se convirtió en signo de perversión.
Parece claro  que el tallista que realizó el friso en el que figura un cuadrúpedo fantástico monstruoso tomó como modelo uno de los grabados de las "Horas usum romanum" impresas por Philippe Pigouchet.
Si bien como decía Huizinga "Toda la vida estaba saturada por la religión hasta tal punto, que el pueblo estaba en peligro constante de no percibir la diferencia entre las cosas espirituales y las temporales" dos frisos al menos -no debe olvidarse que de los 41 sitiales altos tan sólo 26 nos han llegado con ellos-, presentan motivos profanos que reflejan en alguna manera aspectos de la sociedad de la época sin que se intuya ningún matiz moralizador. Así, p.e., en una de las bandas decorativas se ha representado a dos personas que juegan a la "barra" ("pannoy") entretenimiento que permitía a los hombres medir su fuerza.
El friso muestra a dos hombres sentados en el suelo, con sus pies confrontados, mientras sujetan con ambas manos una barra que cada uno intenta atraer hacia él. Otra de las bandas decoradas que presenta un tema que podría encuadrarse entre las representaciones de asuntos de la vida cotidiana -si bien como es habitual en la obra de Rodrigo Alemán con un cierto tono de humor-, exhibe a dos labriegos que tratan de sujetar a un animal cuadrúpedo.
Un entallador con una técnica algo diferente parece ser el responsable de figuras con marcadas espinas dorsales y apariencia algo burda. Los cuerpos monstruosos y los rostros grotescos que se observan en algunas tallas de los frisos recuerdan a los que aparecerían en los cuadros del Bosco -o de Brueghel años más tarde-, y que representaban al hombre que sólo persigue la satisfacción de sus deseos, e ilustraban el envilecimiento del espíritu cuando cede a la locura del pecado.        
Este tallista realiza fisonomías sencillas enmarcadas por cabellos lacios, y es el autor de algunas de las bandas decoradas con animales imaginarios asociados a lo monstruoso y sus implicaciones como aquello que se desviaba del orden natural; aunque probablemente como escribía Michael Camille lo que pretendía el entallador era tan sólo eludir el significado convencional de animales y criaturas convencionales.
Son seres híbridos, humano-animal, a los que en los sermones ingleses del siglo XIV se les denominaba "babuinos" y equivalían a los hipócritas; así parece deducirse, al menos, de un Libro de "exemplas" denominado "Fasciculus Morum" -manual para predicadores escrito en latín a comienzos del siglo XIV por un fraile franciscano inglés-, en el que se dice: "Pero qué diremos cuando algunas gentes que aunque aparentemente parecen ser humanas tienen un cuerpo  peor que el de los animales salvajes?. A todos nos parecen ser tal como aquellas imágenes llamadas "babuinos" ("babewynes") ... que los pintores representan en las paredes". Si bien estos seres, al igual que sus equivalentes humanos, pueden expresar diferentes significados en cada ocasión.
Quizás el entallador anterior es también el oficial que realiza un friso en el que figura un monstruo fantástico -llamado "anfisbena", o "amphisbaena" en latín, "que va en dos direcciones"-, de dos cabezas opuestas con collar y cuyas patas han sido destrozadas ; en la mitología griega la anfisbena nació de la sangre que goteaba de la cabeza de la gorgona Medusa cuando Perseo voló con ella en su mano sobre el desierto.  Dado que en los bestiarios no se distinguían los animales reales de las bestias míticas el horroroso aspecto que presenta la anfisbena con sobrecogedor gesto de violencia hizo que su imagen fuese empleada para representar la lucha entre el bien y el mal aunque en sus orígenes representaba la tensa relación entre dos fuerzas opuestas. [ Una talla similar aparece en una misericordia en la iglesia de Sta María en Edlesborough, Inglaterra].
Y autor así mismo de dos frisos de los que sólo quedan fragmentos de unos hibridos de marcada espina dorsal
enfrentados a animales ahora desaparecidos.
Un oficial del taller -sino fue el mismo Rodrigo Alemán-, se desvinculó en la realización de los pequeños frisos, así como en algunas misericordias, de la sillería de coro de la catedral de Ciudad Rodrigo de lo que eran los cánones preponderantes tardogóticos interesándose por las incipientes en España nuevas formas renacentistas. Así p.e., mientras en una de las bandas decorativas se muestra el enfrentamiento de dos fieras aves monstruosas y fantásticas -una de ellas con dos cabezas-, representación completamente tardogótica,
en dos de los pequeños frisos figuran unos seres bípedos alados terroríficos de dos cabezas que arrojan tallos por una de sus bocas en una imagen dominada por la simetría
y en otros dos el carácter terrorífico desaparece y son ya tan sólo dos formas animales -de los que salen cabezas de grifos o mascarones-, organizadas en una composición completamente simétrica y cuyo sentido es simplemente ornamental. Para comprender la presencia aquí de estas formas renacentistas quizás debemos tener en cuenta que Rodrigo Alemán realizaba al mismo tiempo que esta sillería la de la catedral de Plasencia donde dorsales y respaldos fueron enriquecidos con tableros de taraceas ejecutados por algún "intarsiador" italiano de la escuela de Florencia; quizás fue esta persona quien le facilitó alguna estampa o grabado con reproducciones de motivos y elementos estilísticos de lo que se realizaba entonces en aquel país. El "maestro" para suplir sus ausencias de Ciudad Rodrigo debió dejar al taller dibujos y grabados que les permitieran la ejecución de los frisos y de las misericordias y entre ellos pudieron figurar algunos con motivos proporcionados por el o los "intarsiadores" italianos.
El mensaje moralizador -presencia del demonio, el pecado, los vicios-, que estas formas monstruosas solía representar se ha desvanecido en interés de su función decorativa. Un caso especial puede ser el de un friso en el que se muestran tres bucráneos con festones plenamente renacentista; en mi opinión no perteneció a la sillería original sino que fue incluido en una de las intervenciones realizadas en la sillería a finales del siglo XVI y en las que se realizaron o se readaptaron las dos escaleras de acceso a las sillas altas del tramo frontal -y claramente sus laterales-, y probablemente se creó también entonces en la sillería baja un escaño corrido.
Tres frisos presentan una temática y una talla algo diferente de las anteriores; uno de ellos exhibe un follaje de cardinas con dos tallos centrados, en otra  se presenta una hojarasca con dos pequeños cuadrúpedos aullando en los extremos y una tercera con un putto en el centro mantiene los dos cuadrúpedos y la hojarasca. Probablemente no fueron realizadas por el taller de Rodrigo Alemán sino por unos entalladores contratados por el cabildo de la catedral de Ciudad Rodrigo durante un "parón" del trabajo que realizaban aquellos.
BIBLIOGRAFíA:
-Héctor Luis Arena, "Las sillerías de coro del maestro Rodrigo Alemán. Las sillerías del gótico tardío en España", en B.S.E.A.A., 32 Valladolid 1966.
-Jurgis Baltrusaitis, "La Edad Media Fantástica", Ed. Cátedra, Madrid 1994.
-Michael Camille, "Images dans les marges", Gallimard, Bona (Italia) 1997.
-Dorothée Heim, "La sillería coral de la Catedral de Ciudad Rodrigo", Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, Valladolid 2008.
-Dorothée Heim, "El entallador Rodrigo Alemán. Su origen y su taller", A. E. A., nº. 68, Madrid 1995.
-Dorothée Heim, "Rodrigo Alemán die Toledaner Skulptur um 1500. Studien zum künstlerischen Dialog in Europa", Kiel 2006. 
-Dorothée Heim, "Las intarsias de la sillería del coro de Plasencia: influencia italiana temprana en el núcleo artístico toledano", Anales de Historia del Arte, Madrid 2012.
-Mateo Hernández Vegas, "Ciudad Rodrigo. La catedral y la ciudad", Ciudad Rodrigo 1932 (ed. Valencia 2012).
-Dorothy y Henry Kraus, "Las sillerías góticas españolas", Madrid 1984.
-Isabel Mateo Gómez, "Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro", Madrid 1979.
-Fernando López_Ríos Fernández, "Arte y medicina en las misericordias de los coros españoles", Salamanca 1991.
-Rocío Peñalta Catalán, "Locos y locura a finales de la Edad Media: representaciones literarias y artísticas", Rev. de Filología Románica, Madrid 2008.
-Mª Dolores Teijeira Pablos, "La sillería coral de Rodrigo Alemán en la catedral de Ciudad Rodrigo", Salamanca 2006.
-Luis Vasallo Toranzo, "El cabildo de la catedral de Ciudad Rodrigo contra Rodrigo Alemán", A.E.A., nº.72, Madrid 1999.
NOTAS.
-Momentos antes de publicar este post descubro con "horror" que he olvidado incorporar una fotografía de los frisos; es la de una banda en que se presenta a un putto agarrado a una rama frente a un cuadrúpedo alado. ¿Resistencia ante el mal?. Por si acaso aquí va.
-Libros de Horas impresos, en los que figuran algunos de los grabados empleados por Rodrigo Alemán, pueden verse por internet. En la Biblioteca digital hispánica, de la BNE, existen accesibles diversos ejemplares de las Horas impresas por Vostre en unas digitalizaciones muy poco cuidadas. El catálogo Gallica de la BNF permite ver una variada colección de Libros de Horas impresos. Bastantes buenos ejemplares bien digitalizados pueden ojearse en la red de Bibliotecas Municipales francesas. La web de la Biblioteca del Congreso USA dispone de un Libro de Horas en portugués siguiendo el modelo impreso por Philippe Pigouchet para Simon Vostre.