lunes, 29 de febrero de 2016

SILLERÍAS DE CORO (XV).

De la sillería de coro de la excolegiata de Belmonte (Cuenca).
III. TABLEROS RESPALDOS SILLAS ALTAS (II).


En la iglesia parroquial de San Bartolomé -antigua colegiata- de Belmonte, en el coro, a la derecha de la silla del obispo se han labrado en los tableros de los respaldos escenas del Antiguo Testamento tomadas del “Éxodo”,  del “Libro de Josué” y del “Libro de los Jueces”. El “Éxodo”, segundo libro del Pentateuco, describe la opresión de Israel por el Faraón y la salida de aquel pueblo de Egipto; dividido en tres partes en la primera se relata la lucha por la libertad hasta su obtención, el viaje de Israel desde Rameses hasta el Sinaí, y la alianza y la construcción del tabernáculo (símbolo de la morada de Dios entre su pueblo). En la zona superior derecha del primer respaldo se muestra a una representación del pueblo israelita acudiendo a ofrendar al Faraón, y en la izquierda Moisés y Aarón van a ver al Faraón para que éste devuelva la libertad al pueblo de Israel y les permita partir. “Dijo Yavé a Moisés: “ … Aarón, tu hermano, será tu profeta. Tú le dirás a él lo que yo te diga a ti, y Aarón, tu hermano, se lo dirá al Faraón, para que deje salir de su tierra a los hijos de Israel.” [Éxodo 7: 1-2].
Cuando Moisés desciende del Sinaí con las Tablas de la Ley y ve a los israelitas adorando al becerro de oro comprende que el pueblo es incapaz de adorar a Dios en espíritu y hace fabricar, según se cuenta en el Éxodo, el Arca de la Alianza (especie de relicario donde deposita las Tablas de la Ley, junto con el vaso que contenía el maná y el bastón florido de Aarón); el “arca del testimonio” o “arca de la Alianza” era un cofre sagrado de un pueblo nómada. La escena central de este primer respaldo muestra al Arca de la Alianza conducida hacia el país de Canaán; la iconografía responde a lo señalado en el libro cuarto del Pentateuco “Cuando hubiere de levantarse el campamento, vendrán Arón y sus hijos a bajar el velo y cubrirán con él el arca del testimonio; pondrán encima una cubierta de pieles de tejón curtidas y tenderán por encima de toda ella un paño de Jacinto, y colocarán las barras del arca.”[ Números 4: 5-6]
La iconografía relativa al traslado del Arca que encontramos en los manuscritos medievales iluminados es casi siempre más elemental que la utilizada en la sillería de Belmonte en el sentido de no atenerse a lo señalado en “Números 4” pues intentaban que se reconociese fácilmente la alusión a un “arca”, como ocurre con las miniaturas de la composición adjunta.
La falta, quizás, de algunos respaldos por su pérdida cuando el traslado de la sillería de Cuenca a Belmonte o antes, hace que no sea muy sencilla la comprensión de la historia que nos cuenta el relato Bíblico. Se dice en el Éxodo que los israelitas que habían gozado de gran prosperidad en Egipto adonde habían sido llevados por José se vieron con el tiempo sujetos a esclavitud por los Faraones que los aborrecían; Moisés, escogido por Dios para salvar a su pueblo, castiga a Egipto con diez terribles plagas lo que induce al Faraón a permitir la salida a través del desierto –donde recibe de manos de Dios las Tablas de la Ley que hace guardar en el Arca de la Alianza-, hacia la Tierra Prometida. El respaldo de la segunda silla de las situadas a la derecha de la del obispo muestra la entrada de los hebreos en Canaán; las historias que en él se narran responden ya al “Libro de Josué”. Así, en la enjuta izquierda del tablero figura Josué –es ahora el caudillo-, siendo ratificado como tal por un ángel. “Estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos y vio que estaba un hombre delante de él, en pie, con la espada desnuda en la mano; … soy un príncipe del ejército de Yavé, ….” [Josué 5: 13-14 ]. Para Beatrice Proske "los estalos de Cuenca, ahora en la colegiata de Belmonte, son notables sobre todo por un fuerte sentido decorativo. ... La rigidez de las figuras está exagerada por la anchura de los aplanados pliegues de las prendas; las cortas narices, los ojos pequeños al igual que la boca intensifican la brusquedad de las caras regordetas, redondas o de mejillas hundidas por la edad. La talla de las figuras no es hábil; ...".
Tras la muerte de Moisés Josué conduce a los hebreos a la “tierra prometida”; él ya había explorado con su compañero Caleb el país de Canaán del que trajo un gigantesco racimo (la escena representada con frecuencia en las sillerías de coro no figura extrañamente en Belmonte). “Tenía Jericó cerradas las puertas y bien echados sus cerrojos por miedo a los hijos de Israel, y nadie salía ni entraba en ella. Yavé dijo a Josué: “… Marchad vosotros, todos los hombres de guerra, en torno a la ciudad, dando una vuelta en derredor suyo. Así haréis por seis días: siete sacerdotes llevarán delante del arca siete trompetas resonantes. Al séptimo día daréis siete vueltas en derredor de la ciudad, yendo los sacerdotes tocando sus trompetas. Cuando ellos toquen repetidamente el cuerno potente y oigáis el sonar de las trompetas, todo el pueblo se pondrá a gritar fuertemente, y las murallas de la ciudad se derrumbarán. Entonces subirá el pueblo, cada uno enfrente de sí.” [Josué 6: 1-5]. En el centro del respaldo se muestra la toma de Jericó, con sus muros que se derrumban al paso del Arca.
Tras la toma de Jericó, después de un primer fracaso, los hebreos capturan la ciudad de Hai que estaba al oriente de Bétel mediante una estratagema: fingen darse a la fuga, atraen a los defensores fuera del recinto y los cortan en pedazos; a continuación la incendian. “Josué quemó a Hai, convirtiéndola en un montón de ruinas, que todavía hoy subsiste. Hizo colgar de un árbol al rey de Hai y le dejó allí hasta la tarde; a la puesta del sol dio orden de coger el cadáver y arrojarlo a la puerta de la ciudad, echando sobre él un gran montón de piedras, que todavía subsiste hoy.” [Josué 8: 28-29]. En la enjuta superior derecha del tablero se muestra ardiendo la ciudad de Hai con un gran montón de piedras delante de su muralla.
El tablero del tercer respaldo no se corresponde con el orden de la narración bíblica por su ubicación y presenta un estilo totalmente diferente al de los anteriores. Su lugar original fue presumiblemente previo al anterior estalo y quizás por pérdida del original en el traslado de la sillería de Cuenca a Belmonte se realizó, en opinión de Sánchez-Gabriel, en “los tiempos barrocos” a mediados del siglo XVIII.
La escena tallada en la silla muestra a Moisés con las Tablas de la Ley y a dos angelotes sosteniendo un cuerno de la abundancia cada uno, probable alusión a la “Tierra prometida”.
El arco trilobulado que estructura las tres escenas del tablero no es en este caso de medio punto sino apuntado y los habituales relatos bíblicos vistos hasta ahora en las enjutas de los otros respaldos muestran en este caso tan sólo unos emblemas judaicos. “Hizo, pues, Moisés, una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se curaba.” [Números 21: 9].
El relato bíblico vuelve a dar un salto en la siguiente silla, por lo que es quizás mejor ver primero el respaldo del quinto estalo; se trata ahora de la “Historia de los Jueces”. Los jueces fueron personajes que promovió Dios, en momentos difíciles, para librar a las tribus de Israel de sus opresores, eran jefes militares no personas dedicadas a impartir justicia; obtenida la victoria y la libertad quedaban reconocidos como gobernantes. Para Sánchez-Gabriel el acontecimiento representado en la enjuta izquierda del tablero alude a la consagración de Otoniel como el primer Juez, quien libraría a su pueblo de Cusán rey de los Caldeos. Personalmente me pregunto si no aludirá a la aparición del ángel a Gedeón y los milagros en el vellocino que se narran en Jueces 6 12:21 y Jueces 6 36-40; según Réau "gracias a las sutilezas de los teólogos de la edad media, ese doble milagro [el realizado sobre el vellocino] tuvo una extraordinaria fortuna en el arte cristiano".
La escena principal de esta quinta silla simboliza la forma de seleccionar Gedeón a un pequeño ejército para luchar contra los madianitas. “Y dijo Yavé a Gedeón: “Es demasiada la gente que tienes contigo para que yo entregue en sus manos a Madián … Hazlos bajar al agua y allí te los seleccionaré; y aquel de quien yo te diga: Ese irá contigo, vaya; …”. Hizo bajar al agua Gedeón a la gente y dijo Yavé a Gedeón: “Todos los que en su mano laman el agua con la lengua, como la lamen los perros, ponlos aparte de los que para beber doblen su rodilla”. Trescientos fueron los que al beber lamieron el agua en su mano, llevándola a la boca; todos los demás se arrodillaron para beber. Y dijo Yavé a Gedeón: “Con esos trescientos hombres que han lamido el agua os libertaré y entregaré a Madián en tus manos. Todos los demás, que se vayan cada uno a su casa.”” [Jueces 7 2-7]. Para José Mª Azcárate los respaldos de las sillas de Belmonte presentan escenas "de un gran interés iconográfico, con talla de carácter flamenco, en sus angulosidades, sentido pictórico y minuciosidad preciosista, ...".
Si bien la escena aparecía representada con una cierta frecuencia en las miniaturas de los manuscritos iluminados de las “biblias historiadas” el tablero de la sillería de Belmonte parece presentar una cierta cercanía con la que figura en la “Biblia de Alba” o “Biblia de Arrangel”.
En la enjuta superior derecha del estalo se representa el sacrificio hecho por Jefté como consecuencia de su promesa: “Jefté hizo voto a Yavé, diciendo: “Si pones en mis manos a los hijos de Ammón, el que a mi vuelta, cuando venga yo en paz de vencerlos, salga de las puertas de mi casa a mi encuentro será de Yavé, y se lo ofreceré en holocausto”. Avanzó Jefté contra los hijos de Ammón y se los dio Yavé en sus manos, batiéndolos …” [Jueces 11: 30-32]. “Al volver Jefté a Masfa, salió a recibirle su hija con tímpanos y danzas. Era su hija única, no tenía más hijos ni hijas.” [Jueces 11: 34]
Para proseguir en el retablo bíblico es necesario retroceder a la silla anterior donde en el tablero de su respaldo se relata la esclavitud de Sansón, el derribo del templo y la consagración de Saúl por Samuel. Sansón dotado de una fuerza prodigiosa vence a los filisteos, hasta que ayudándose de Dalila logran apresarle tras cortarle el cabello y le encierran en prisión condenándole a mover la rueda de un molino. “Cogiéronle los filisteos, le sacaron los ojos y, llevándole a Gaza, le encadenaron con doble cadena de bronce, y en la cárcel le pusieron a hacer dar vueltas a la muela.” [Jueces 16: 21].
La figura de Sansón es la de un personaje legendario sin ninguna realidad histórica; su popularidad nunca fue importante entre los judíos y el interés acerca de Sansón –en el decir de Louis Réau- se debió sobre todo al cristianismo. Las representaciones artísticas en los manuscritos iluminados sobre la historia de Sansón con anterioridad a la fecha de construcción de la sillería ahora en Belmonte fueron numerosas siendo las habituales las que le muestran abriendo las fauces de un león, quitando o llevándose las puertas de Gaza, con Dalila mientras le corta el cabello o derribando el templo de Dagón. La escenificación del escarnio sufrido a manos de los filisteos cuando es cegado y atado como un animal a una noria para que haga girar la rueda del molino no es sin embargo muy frecuente; encuentro dos miniaturas de esta escena en el conocido como Salterio de San Luis –conservado en la BNF y accesible por internet- y en la Biblia de los Cruzados o de Maciejowski –puede verse por internet en la web de la Pierpont Morgan Library- en la que en el folio 15v se presenta parte de la historia del personaje.
Entre tanto volvieron a crecerle los pelos de la cabeza después de haber sido rapada. Los príncipes de los filisteos se congregaron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón, su dios; y para regocijarse decían:… “Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a nuestro enemigo, al que asolaba nuestra tierra y mató a tanta gente”. Cuando su corazón se alegró, dijeron: “Que traigan a Sansón para que nos divierta”. Sansón fue sacado de la cárcel y tuvo que bailar ante ellos. Habíanle puesto entre las columnas, y Sansón dijo al mozo que le hacía de lazarillo: “Déjame tocar las columnas que sostienen la casa para apoyarme”. Estaba la casa llena de hombres y mujeres. … viendo bailar a Sansón. Entonces invocó Sansón a Yavé, diciendo: “Señor,Yavé, acuérdate de mí; devuélveme la fuerza sólo por esta vez, para que ahora me vengue de los filisteos por mis dos ojos”. Sansón se agarró a las dos columnas centrales que sostenían la casa; y haciendo fuerza sobre ellas, sobre la una con la mano derecha, sobre la otra con la mano izquierda, dijo: “¡Muera yo con los filisteos!”. Tan fuertemente sacudió las columnas, que la casa se hundió sobre los príncipes de los filisteos y sobre todo el pueblo que allí estaba, siendo los muertos que hizo al morir más que los que había hecho en vida.” [Jueces 16: 22:30]. En la talla del respaldo del estalo Sansón está quebrando una sola columna en lugar de las dos que se citan en el texto bíblico, lo que no fue infrecuente en las miniaturas de los manuscritos iluminados medievales.
En la parte izquierda de la escena se muestra la celebración de una boda presidida por un obispo. Cuenta la tradición, y así les gusta relatar a los guías turísticos en Belmonte, que la escena presenta un autorretrato de Egas Cueman –el autor de la sillería-, que se casa en Cuenca con poco más de 25 años; su hermano Hanequín, que probablemente en esta época permanecía en la ciudad realizando las trazas y quizás el comienzo de la girola de la catedral, podría ser uno de los personajes de la primera fila vestido con indumentaria flamenca.
En la enjuta superior derecha se muestra a Saúl de la tribu de Benjamín –el primer rey de Israel (reino unificado de Israel con Judá)- siendo ungido rey por Samuel. La escena, en la Biblia, corresponde al libro de Samuel. Su figura ha sido oscurecida por las de sus dos continuadores David y Salomón; de su historia tan sólo suele recordarse sus envidias contra David y su trágica muerte al conocer la de su hijo. Los libros que en la Vulgata llevan el nombre de “1-2 de los Reyes” se denominan en hebreo de Samuel y formaban un solo libro; se divide en tres partes, según los personajes predominantes en él –Samuel, Saúl y David-, y narra el período de la historia hebrea en que Israel se convierte en una nación organizada.
La séptima silla de las situadas a la izquierda del estalo del obispo presenta en su enjuta superior derecha una escena en la que un hombre corta con un hacha el tronco de un árbol; para Sánchez-Gabriel representa a Jonatán, hijo de Saúl, tomando un panal de miel de una colmena situada en un árbol, tras su lucha con los filisteos. La historiadora probablemente tiene en cuenta este pasaje bíblico: “Saúl cometió aquel día una gran imprudencia, pues conjuró al pueblo, diciendo: “Maldito el hombre que coma nada hasta la tarde mientras no me haya vengado de mis enemigos”. Y nadie probó bocado. El pueblo estaba extenuado por la fatiga; y llegó a un bosque donde había mucha miel en el suelo. A pesar de ver la miel corriendo por el suelo, nadie la tomó para llevársela a la boca, por temor del juramento hecho. Pero Jonatán, que nada sabía del juramento que su padre había hecho hacer al pueblo, metió la punta del bastón que llevaba en la mano en un panal de miel y se le llevó a la boca con la mano, y le brillaron los ojos.” [ I Samuel: 24-27].
La escena central del respaldo muestra al ángel anunciando a Isaí -también llamado Yishay o Iesse o JESSÉ-, padre de David, que su hijo más pequeño será elegido como rey de Israel. Durán Sanpere y Ainaud consideran como rasgos del escultor Egas Coeman el "predominio de la tipología nórdica, cierto carácter decorativo, buena calidad que no llega nunca a lo extraordinario" y al hablar de la sillería de coro destacan "sobre todo, destreza compositiva; los diferentes relieves, todos ...en un estilo suelto y lírico en el que el paisaje cobra gran interés. No hay hieratismo, pero en alguna ocasión las figuras muestran cierta esquematización en el ademán".
En la enjuta superior izquierda del tablero se simboliza la muerte del general cananeo Sisara que había sido derrotado por las tropas israelitas y acude confiado a esconderse a la tienda de Jael una nómada no israelita; ésta le da leche, lo acuesta, lo cubre … y le clava en las sienes un clavo de los de fijar la tienda. “… y todo el ejército de Sisara cayó a filo de espada, sin que quedara ni un solo hombre. Sisara huyó a pie a la tienda de Yael, … Salió Yael al encuentro de Sisara y le dijo: “Entra, señor mío; entra en mi casa y no temas”. Entró él en la tienda, y ella le tapó con una alfombra. Díjole él: “Dame, por favor, un poco de agua, que tengo sed”. Y sacando ella el odre de la leche, le dio a beber y volvió a cubrirle. Dijole él: “Estáte a la puerta de la tienda, y si viene alguno preguntando si hay aquí algún hombre, dile que no”.. Cogió Yael, mujer de Jeber, un clavo de los de fijar la tienda y, tomando en su mano un martillo, se acercó a él calladamente y le clavó en la sien el clavo, que penetró en la tierra; y él, que estaba profundamente dormido, desfalleció y murió.” [Jueces 4 : 16-21].
La composición adjunta muestra como veían los manuscritos iluminados medievales la escena de la muerte de Sisara a manos de Yael.
Si bien la descripción del relato bíblico en la sillería se ha vuelto aquí algo caótica al retroceder de nuevo al libro de los Jueces quizás la aparición de Yael podría estar justificada por tratarse de la acción de una “mujer fuerte”, lo que permite enlazar estos tableros relativos a la narración del Antiguo Testamento con otros dos que presentan a cuatro “mujeres fuertes” de la Biblia: Judith, Esther, Débora y Adalia. En un panel situado en el lado del Evangelio de la sillería figuran representadas Judith –libró al reino de Judá de los asirios mandados por Holofernes al que cortó la cabeza – y Esther, de la tribu de Benjamín (una de las dos tribus que constituían el reino de Judá), heroína durante la persecución de los judíos en el imperio persa cuando el reinado del rey Asuero; ambas son los personajes de los textos bíblicos conocidos como el “Libro de Judith” y el “Libro de Esther”.
Opuesto al panel anterior, en el lado de la Epístola del coro, figura la representación de las otras dos mujeres fuertes bíblicas: Débora y Adalia. “Juzgaba en aquel tiempo a Israel Débora, profetisa, mujer de Lapidot.” [Jueces 4: 4]. Débora que desempeñó el cargo de Juez inmediatamente antes de Gedeón logró vencer al general Sisara. El libro “2 Macabeos” no es propiamente una continuación del precedente –donde se narran las guerras de los Macabeos-, sino otro libro sobre la misma materia aunque su propósito no sólo es contar sucesos históricos sino instruir y edificar con su narración; en uno de sus relatos, capítulo siete, se cuenta el “martirio de los siete hermanos con su madre” –los hermanos son los Macabeos y la madre Adalia-, por Antíoco Epifanis que había decidido terminar con la religión de los judíos.
Aquí termina la narración del Antiguo Testamento escenificada en los respaldos de las sillas altas del coro actual de la excolegiata de Belmonte probablemente realizados por el taller de Egas Coeman; pero existen otros ciclos y motivos representados en la sillería cuya ejecución se debió a otros artistas o artesanos como parece sugerirlo los cambios estilísticos o las menciones documentales. Si bien en julio de 1457 la sillería de coro ahora en Belmonte estaba acabada en la catedral de Cuenca, en los fondos documentales del archivo capitular de esta, señaló Gema Palomo, existen documentos que indican que 22 años después de terminada la sillería, en octubre de 1479, el cabildo contrata con Lorenzo, “carpentero entallador” la ejecución de veinte sillas más, diez para cada coro (cinco altas y cinco bajas). Se desconoce si llegaron a realizarse; una posibilidad es que fuera el autor de las tres sencillas sillas situadas en el extremo de cada coro (dos de ellas posteriormente reconvertidas en puertas).
La decoración de estas sillas, en la actualidad bastante dañada, es de tracerías góticas lo que podría ser acorde a los años en que se realizan y a un estilo muy empleado por los carpinteros españoles de entonces; pero no deja de ser una hipótesis.

BIBLIOGRAFÍA.
-Luis Andujar Ortega, “Belmonte cuna de Fray Luis de León. Su Colegiata”, Mota del Cuervo (Cuenca) 1986 [ 2ª ed. 1995].
-José Mª Azcárate, "Arte gótico en España" (4ª ed.), Madrid 2007.
-Jesús Bermejo Diez, “La Catedral de Cuenca”, Cuenca 1977.
-Lorne Campbell, “Rogier van der Weyden y los reinos ibéricos”, en Cat. Exp. Rogier van der Weyden Museo del Prado, Madrid 2015.
-Agustín Durán Sanpere y Juan Ainaud de Lasarte, "Escultura Gótica", Ars Hispaniae vol. VIII, Madrid 1956.
-Ángela Franco Mata, “El Génesis y el Éxodo en la cerca exterior del coro de la Catedral de Toledo”, Toledo 1987.
-Isabel Mateo Gómez, “Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro”, Madrid 1979.
-Miguel Ángel Monedero Bermejo, “El coro de la Colegiata de Belmonte”, Cuenca 1976.
-Eloíno Nacar y Alberto Colunga (traduc.), “Sagrada Biblia”, Madrid 1963. 
-Gema Palomo Fernández, “Nuevos datos documentales sobre la sillería de coro gótica de la catedral de Cuenca: de Egas de Bruselas a Lorenzo Martinez”, AEA Valladolid 1994.
-Beatrice Gilman Proske, "Castilian Sculpture. Gothic to Renaissance", New York 1951.
-María González Sánchez-Gabriel, “La Sillería de coro de la Colegiata de Belmonte. Los hermanos Egas, de Bruselas, en Cuenca”, B.S.E.A.A. 1936-39 Valladolid.

NOTAS.

-Según el Diccionario de la lengua española de la R.A.E. la palabra colegiata o iglesia colegial proviene de la latina “collegiata” –perteneciente a un colegio-, y la define como “iglesia que, no siendo sede propia del arzobispo u obispo, se compone de abad y canónigos seculares, y en ella se celebran los oficios divinos como en las catedrales”. Para el mismo diccionario “iglesia parroquial” es la “iglesia de una feligresía” y es definida como un “territorio encomendado a un párroco” o como el “conjunto de feligreses de una parroquia”, [según el Código de Derecho Canónico, cap. VI, de la sec. II de la parte II, “la parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio”]. Finalmente para este diccionario “iglesia mayor” es “la iglesia principal de cada pueblo”.
La mayor parte de las colegiatas en España fueron suprimidas por el Concordato de 1851. El art. 21, 5º. señaló que “Todas las demás colegiatas, cualesquiera que sea su origen, antigüedad y fundación, quedarán reducidas, cuando las circunstancias locales no lo impidan, a iglesias parroquiales con el número de beneficiados que además del párroco se contemplen necesarios, …” y el art. 22º. que “El cabildo de las colegiatas se compondrá de un abad-presidente,…, de dos canónigos de oficio, con los títulos de magistral y doctoral, y de ocho canónigos de gracia. Habrá además seis beneficiados o capellanes asistentes”.
La iglesia mayor de Belmonte, actualmente iglesia parroquial de San Bartolomé, durante muchos años tuvo un cabildo –de ahí derivó la necesidad de equiparse con una sillería de coro-, por lo que fue colegiata reconocida por bula papal del siglo XV hasta que, probablemente por razones económicas, el colegio de canónigos desapareció. Los textos anteriores -Diccionario, Código de Derecho Canónico y Concordato de 1851-, son los que me han llevado a escribir "excolegiata" en lugar de utilizar la denominación de "colegiata" como hago en el lenguaje habitual.
-La composición de miniaturas con detalles del “Traslado del Arca” ha sido realizada con miniaturas de los manuscritos fol.89 Français 247 y fol.97v Français 159 (ambos de la BNF), fol73v MS394 de la Pierpont Morgan Library   y fol 35v del KB 76 E7 de la Koninklijke Bibliotheek accesibles por internet en las web de las bibliotecas correspondientes.
-La composición con detalles relativos a la “Reducción por Gedeón de su ejército” está realizada con miniaturas de los folios 51v del manuscrito Latín 10525 conservado en la BNF y del 147r del KB 78 D38 conservado en la Koninklijke Bibliotheek de Holanda, ambos accesibles por internet. La miniatura de la “Biblia de Alba” –obra compuesta entre 1422 y 1430-, corresponde al folio 183v; si bien el manuscrito no puede verse por internet existen diversas miniaturas probablemente provenientes de un magnífico facsímil editado por “Facsimile Editions”.
-La composición “Muerte de Sisara a manos de Yael” esta formada por miniaturas del folio 48 del manuscrito Latin 10525 conservado en la BNF y por el folio 172r de la Weltchronik de Rudolf von Ems que se guarda en la biblioteca de la Universidad de Fulda; ambos pueden verse por internet.